Jung y Eutonía

 “Es inútil echar miradas furtivas la forma en que otro cualquiera se desarrolla porque cada uno de nosotros tiene una tarea única de autorrealización. Aunque muchos problemas humanos son análogos, jamás son idénticos. Todos los pinos son muy parecidos (de no ser así no los reconoceríamos como pinos); sin embargo, ninguno es exactamente igual a otro. A causa de estos factores de similitudes y diferencias es difícil resumir las infinitas variaciones del proceso de individuación. El hecho es que cada persona tiene que hacer algo diferente, algo que es únicamente suyo" Carl Gustav Jung
     Tanto en el enfoque de la psicología analítica junguiana como en eutonía el pilar es la búsqueda propia, a partir de la conciencia y la escucha interna.
     La invitación a realizar algo “únicamente suyo” está en los orígenes mismos de la eutonía, cuando Gerda Alexander se conmovía ante la imitación de patrones de movimiento en las escuelas de danza, donde la expresión auténtica de cada bailarina quedaba sepultada por la adquisición de movimientos estereotipados. “El comienzo de la eutonía se encuentra unido a mi interés en el movimiento (…) Siempre me obsesionó la idea de una educación para el movimiento que no esté basado en la imitación.” Gerda Alexander
     Esta idea aporta por un lado, el alivio de saber que cada uno puede hacer su propio desarrollo, sin el peso de la mirada externa ni comparaciones, sino buscando su propio camino sin obedecer ideales ajenos, sin copiar ni imitar modelos -naturalmente que esto no excluye el acompañamiento de las relaciones de ayuda, los maestros y compañeros de camino-.También supone el compromiso con la vida, en el sentido de llevar a cabo el despliegue de aquello para lo cual hemos nacido, nuestros dones y potencialidades, lo que es para mí, casi un imperativo existencial. Y desde el punto de vista del docente o terapeuta, resalta la importancia del respeto a los tiempos, proyectos y modalidades del otro.
                                                                                      Escribe: Leticia Aldax (Eutonista)

HABITAR-SE CON COMODIDAD

Mapas y recorridos en busca de habitar plácidamente el propio cuerpo
            Por. Eut. Leticia Aldax
Cómodo es aquello “que hace la vida más fácil, hace sentirse cómodo o facilita la estancia en un lugar o la realización de ciertas tareas”.
En tal sentido, en ocasiones no sentimos que nuestro cuerpo sea un espacio cómodo…
A veces notamos que nuestro cuerpo no nos acompaña en determinadas situaciones; que hay tensiones que nos impiden realizar actividades, movernos e incluso comunicarnos, con soltura. Otras veces el cuerpo más que vehículo que facilite el estar o el hacer en el mundo, se transforma en una carga. O bien, sentimos el cuerpo como “ajeno”, como si no fuera parte se nuestro Ser…
Podemos sentir cierta disociación entre lo que sentimos o queremos expresar con las posibilidades de nuestra corporalidad…Como si el cuerpo no nos perteneciera o no fuera en el mismo sentido de nuestra interioridad; algo así como cierta ajenidad o alienación.
¿Es posible integrarnos? ¿Juntar  o re-unir lo que parecieran pedazos rotos de nuestra corporalidad? ¿Podemos alojarnos con comodidad a nosotros mismos? ¿Qué hacer para trasmutar la pesadez del cuerpo en soltura y liviandad? ¿Cómo lograr que nuestra expresión sea coherente con nuestro sentir, que nuestro cuerpo sea reflejo del alma que nos habita?
La eutonía puede aportar esa integración de lo que somos, la conexión entre la corporalidad y el ser íntimo en cada uno.
Las herramientas y fundamentos de la eutonía, por los que esto es posible, son:
ü  Abordaje del ser de modo integral. La eutonía es una disciplina holística, es decir, participa de la concepción del ser humano como totalidad, como una unidad de cuerpo, mente y alma. El abordaje es a partir del yo-corporal pero sus implicancias alcanzan a la totalidad del ser que somos.
ü  Exploración de la biología vivencial. Conocer y vivenciar la anatomía. En cada clase se proponen diferentes recorridos desde el cuerpo, en pos de la vivencia de lo anatómico: la sensibilidad de la piel, la propiocepción (percepción propia) de los espacios internos, la concientización de la ubicación de los huesos o de los ejes óseos, el hallazgo de tensiones musculares. Esta vivencia de la anatomía que trasciende el estudio teórico del cuerpo humano, trasforma el mapa en recorrido vibrante, y tiene efectos a nivel físico, que se traducen en alivio de dolores o contracturas, mejoras posturales, flexibilidad, movilidad, y en impactos saludables  en el funcionamiento orgánico (digestión, respiración, sistema cardio-vascular). Y además, nuestra biología se erige en camino de acceso a lo profundo en cada uno.
ü  Escucha interna. Silencio para permitir y aceptar todo lo que sucede en nuestro interior. La conformación del yo-observador, como testigo consciente, neutral, que no critica ni juzga, habilita un espacio de aceptación de lo que es; esto aquieta, tranquiliza y dispone el ánimo para el discernimiento y la elección auténtica, a partir de lo cual puede suceder el cambio, desde un sitial interno y no por imposiciones. Se trata no sólo de las “grandes decisiones” sino de lo cotidiano. Por ejemplo, puede tratarse del deseo de adelgazar, al mirarnos gentilmente podríamos descubrir ansiedad o nerviosismo, al dar lugar a esa emoción, se descomprime la presión interna o la crítica impiadosa, aparece el deseo de cuidado y desde ese lugar íntimo, florece la decisión de cambiar la alimentación o el modo de comer, no como un esfuerzo sino naturalmente; o tal vez podamos observar alguna circunstancia estresante y abrir la posibilidad de un accionar diferente para afrontarla, con lo cual discriminar la confusión emocional que nos lleva a canalizar la ansiedad por carriles inadecuados. Así, con cualquier otro cambio que nos propongamos.
ü  Libertad para moverse sin patrones a imitar. En la práctica de eutonía no existen ejercicios, posiciones o patrones de movimiento que deban seguirse. El eutonista no realiza “pasos” o movimientos que deban imitarse, sino que se trata de una invitación al encuentro de cada uno con sus posibilidades y aún sus limitaciones, a partir de las cuales construir su propia manera de estar y hacer.
Goethe en el Fausto dijo: “Gris es toda teoría y verde el dorado árbol de la vida.” El anhelo es que nuestra expresión vibre y despleguemos desde nuestro ser, los múltiples colores de la vida.

Talleres y cursos de eutonía en Caba y Buenos Aires:

Gimnasio Eidos (Ramos Mejía):
MOVIMIENTO Y EUTONÍA.
1eros y 3eros sábados del mes, DE 17,30 A 19,30.

Espacio Cultural Mona de Seda (Villa Luro):
EUTONÍA PARA EL ARTE, LA EDUCACIÓN Y LA SALUD.
2dos sábados del mes. De 18 a 20.

Sociedad Gestáltica Integral Argentina (Villa Crespo):
ABORDAJE DEL CUERPO AL SER.
1eros y 3eros jueves del mes, de 19 a 21

Fundación C.G. Jung (Recoleta):
EL CUERPO, TERRITORIO SIMBÓLICO  DE LA ALQUIMIA.
Todos los martes, de 19.30 a 21.

EUTONÍA, MOVIMIENTO DESDE Y HACIA EL SER

“Expresamos y comunicamos nuestros estados de ánimo, pensamientos, afectos, a través
de nuestra conducta, de nuestros movimientos. Éstos, además, contienen nuestra historia
personal condensada en el presente.” – Y tal vez nuestra historia ancestral, como especie
humana–
“Es importante señalar aquí el carácter dinámico de nuestro cuerpo en movimiento. Cada
situación requiere que adoptemos una postura diferente y, por lo tanto, también nuestros
estados son distintos. Por eso no podemos hablar de una buena o mala postura, sino que
tenemos que pensar en la capacidad de adaptación de nuestro cuerpo (plasticidad) a las
exigencias de la situación presente y en las características personales del sujeto. Por lo tanto,
desde esta concepción, es inadecuado enseñar mostrando un modelo ideal. Cada uno tiene
que encontrar la postura y los movimientos adecuados a su estructura psicofísica y a su estilo
de vida. El camino propuesto por la eutonía para lograrlo es la exploración (sobre sí).”
Vishnivetz, Berta. Eutonía. Educación del cuerpo hacia el ser. Ed Paidós. Buenos Aires, 1996.-
Esta búsqueda individual propende a la recuperación de la propia identidad, en
consonancia con lo auténtico en cada uno, sin desechar totalmente lo aprendido.

CICLO: EUTONÍA, MOVIMIENTO DESDE Y HACIA EL SER

Coordina: Eutonista Dra.Leticia Aldax

“La palabra eutonía (del griego eu = bueno, justo, armonioso; y tonos = tono, tensión) fue para expresar la idea de tonicidad armoniosamente equilibrada en adaptación constante y ajustada al estado o a la actividad del momento” (Alexander, Gerda, La eutonía) .La eutonía trabaja a partir del cuerpo pero sus repercusiones abarcan cuerpo – mente y emociones. 

Talleres quincenales de AGOSTO a NOVIEMBRE, 
1º y 3º sábado de cada mes, a las 17.30
Cada taller contiene:
Ø    Clase práctica de EUTONÍA, de 17.30 a 19.30
Ø    Charla, lectura y reflexión, compartiendo ronda de mate o té, con algo rico. 
Opcional, de 19 a 20, 
Se entrega el material teórico, impreso o vía e-mail.

Durante este cuatrimestre el eje temático será EUTONÍA, MOVIMIENTO DESDE Y HACIA EL SER. La propuesta es la búsqueda del movimiento libre y posible para cada uno, desde sus posibilidades y potencialidades, alejándose de las posiciones o movimientos impuestos, las imitaciones o los patrones y ritmos ajenos. Encontrando el movimiento propio, se encuentra la flexibilidad y el placer de moverse, y se accede a rincones más profundos, al contacto con uno mismo.

Si bien todos los talleres están interrelacionados, pueden tomarse individualmente.
Arancel: $ 250 cada taller o $ 450, tomando los dos por mes.

VIVENCIANDO LOS ELEMENTOS: TIERRA, AIRE, AGUA, FUEGO

TALLERES DE EUTONÍA Y PSICODRAMA                                        
Lic. Melina Dommarco / Eut. Leticia Aldax
CICLO:
VIVENCIANDO LOS ELEMENTOS: TIERRA, AIRE, AGUA, FUEGO
La Eutonía es un método y pedagogía para el autoconocimiento, que trabaja a partir de la conciencia corporal en busca de la regulación del tono en todas las áreas del Ser.
El Psicodrama es un método terapéutico y pedagógico, que integra psicología, teatro y juego; potencia el desarrollo personal y el aprendizaje de habilidades para la vida.

La integración de ambas disciplinas nos ofrece la posibilidad de vivir experiencias únicas que  ayudan a cambiar la percepción, permitiendo:

1.   Darse cuenta de los propios pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones.
2.   Mejorar la comprensión de las situaciones, de los puntos de vista de otras personas y de nuestra imagen o acción sobre ellas.
3.   Investigar y descubrir la posibilidad y la propia capacidad de nuevas y más funcionales opciones de conducta (nuevas respuestas).
4.   Ensayar, aprender o prepararse para actuar las conductas o respuestas que se encontraron más convenientes.
Cada encuentro brinda la oportunidad de que cada uno se descubra asombrado de su creatividad, desplegando nuevos roles, y en contacto con su sabiduría interna.
La propuesta de este ciclo es “experienciar” la energía de los cuatro elementos de la naturaleza  -Tierra, Aire, Agua, Fuego- a través del abordaje corporal de la eutonía, y la posibilidad de que ellos cobren vida, a través del despliegue psicodramático.

UN TRIMESTRE: MAYO. JUNIO Y JULIO
1ER Y 3ER SÁBADO DE CADA MES, DE 17,30 A 19,30
FECHAS:
6 de mayo: Eutonía: TIERRA
20 de mayo: Eutonía: AIRE
3 de junio: Psicodrama: Integración Tierra y Aire
17 de junio: Eutonía: AGUA
1 de julio: Eutonía: FUEGO
15 de julio: Psicodrama: Integración Agua y Fuego

Arancel: $ 250  por encuentro.

Lugar: Gimnasio Eidos: Emilio Mitre 1165. Ramos Mejía

FASCIAS EN EUTONIA

Fascias en eutonía                                                                   
El término fascia proviene del latín y significa banda o vendaje. Las fascias están constituidas por tejido conectivo, que según su ubicación y función adoptará diferentes conformaciones celulares.
El tejido conectivo está formado por células de colágeno (proteína), con abundante sustancia intracelular y su función es dar contención, sostén y envoltura a las diferentes partes del cuerpo. Histológicamente, la totalidad del tejido conectivo del cuerpo,  tiene un mismo origen embriológico, a partir del mesodermo del embrión.
Así, la fascia es una estructura de tejido conectivo que se extiende a lo largo de todo el cuerpo, formando una red continua desde los órganos hasta la piel; configura un sistema global, ininterrumpido, que se va adaptando ligeramente para cumplir diferentes funciones según la región. Por ejemplo:
  • Aponeurosis, envoltorio de los músculos.
  • Duramadre, cubierta del cerebro y la médula espinal.
  • Ligamentos articulares, unión de los huesos.
  • Pleura, envoltorio de los pulmones.
  • Pericardio, envoltorio del corazón.
  • Vainas serosas, cubierta de vasos sanguíneos, bronquios, esófago.
  • Fascias musculares, cubierta y unión de varios grupos musculares, y superficies óseas. (Por ejemplo, las fascias torácicas interna y externa que tapizan costillas y músculos intercostales por dentro y por fuera).
  • Cadenas mio fasciales, circuitos de continuidad de dirección y planos a través de las que se propagan las fuerzas organizadoras del cuerpo
El trabajo consciente sobre este entramado, su vivencia como red de tensión tridimensional continua permite experimentar movimientos más fluidos e integrados, favorece la continuidad del movimiento corporal, facilitando las transiciones de una posición a otra, o de un nivel del espacio a otro; aporta integración del cuerpo, con posibles repercusiones en la búsqueda de la integralidad de todas las áreas del Ser.

 Por: Eut. Leticia Aldax

EUTONIA: CICLO “HABITAR-SE CON COMODIDAD”

Mapas y recorridos en busca de habitar plácidamente el propio cuerpo

                                                                       Por Leticia Aldax (Eutonista)

En esta búsqueda de habitarnos con comodidad, aparece la importancia de la imagen corporal, como elemento en la construcción de ese bien-estar, que sabemos no es sólo físico sino que incluye todas las áreas de nuestro Ser. El concepto de “imagen corporal” refiere a la representación interna que tenemos de nosotros mismos, a la percepción de la propia corporalidad, el modo en que sentimos nuestro propio cuerpo, que abarca también la conciencia cinestésica o de movimiento, y nuestra propia apariencia, o sea, la imagen que vemos en el espejo, o cómo contemplamos partes de nuestro cuerpo. Y desde una mirada más amplia, podría abarcar las  creencias acerca del propio ser.
Como podemos notar a primera vista, muchas veces no coincide la imagen corporal con la realidad física del cuerpo. Más allá de las patologías o trastornos que alteran la propiocepción, –como sería el caso de los trastornos alimentarios– frecuentemente nuestra percepción o nuestra autoimagen está distorsionada, apareciendo zonas desdibujadas o inexistentes, sea por dolor, desuso o mala utilización. Dado que nos conducimos conforme a nuestra auto-percepción. es fundamental construir una imagen corporal lo más cercana al cuerpo objetivo posible. De lo contrario la movilidad, el funcionamiento y la salud se ven afectados. Por ejemplo, si no percibimos la existencia de las costillas, el esternón y las vértebras dorsales formando la caja torácica o no somos conscientes de su movilidad, su fluctuación, comienza a rigidizarse ese espacio, afectando la calidad de la inspiración y la exhalación, el sistema respiratorio y a partir de él, los demás sistemas corporales, y en consecuencia, la salud.
Si no se usan algunas partes del cuerpo, desaparecen o de desdibujan de la imagen corporal, y hasta es posible dejar de sentir su presencia, sin tocarlas o mirarlas, y recíprocamente, al no sentir alguna parte del cuerpo –sin referirnos a patologías neurológicas–, ella deja de ser utilizada o se la utiliza de mal modo, es decir nos movemos como si ella no existiera o nos involucramos en acciones ineficientes, antieconómicas hasta perjudiciales. Un ejemplo de esto es la pérdida de conciencia de la región posterior del cuerpo o del espacio entre los dedos de los pies, que podría redundar en movimientos rígidos o inmovilidad de esos segmentos, repercutiendo en la flexibilidad o el movimiento global del cuerpo. Idéntica situación se evidencia en la práctica de gimnasia, al realizar ejercicios abdominales sin la conciencia del “centro”, lo cual daña otros  segmentos de la columna cervical o lumbar. Y aun en quietud, por ejemplo la  2 falta de conciencia de los isquiones al estar sentados imposibilita una adecuada posición, genera una serie de desajustes posturales y concomitantemente, dolores.
Construir una imagen nítida del propio cuerpo, en cuanto a estructura, volumen, percepción del movimiento, etc –lo que se da en eutonía– trae a la conciencia las partes no sentidas o tenues, y esto influye en la mejora de la movilidad y en el uso eficiente de los segmentos corporales. Damos un uso más completo a nuestra corporalidad, experimentamos más sensaciones, y utilizamos nuevos circuitos nerviosos, desandando automatismos. Y las sensaciones del buen uso del cuerpo son sentidas como placenteras, cómodas, y tal placidez pareciera integrar el alma al cuerpo.
Existe interrelación entre cuerpo objetivo e imagen corporal; ambos se nutren en un diálogo continuo, dinámico, con implicancias recíprocas. La conciencia corporal nítida genera cambios, mejoras en el funcionamiento orgánico con repercusiones en la totalidad del entramado cuerpo-mente- emociones-alma humano.

PLASTICIDAD NEURONAL

CICLO “HABITAR-SE CON COMODIDAD”

¿Es posible integrarnos? ¿Juntar o re-unir lo que parecieran pedazos rotos de nuestra corporalidad? ¿Podemos alojarnos con comodidad a nosotros mismos? ¿Qué hacer para trasmutar la pesadez del cuerpo en soltura y liviandad? ¿Cómo lograr que nuestra expresión sea coherente con nuestro sentir, que nuestro cuerpo sea reflejo del alma que nos habita? Son las preguntas que estamos recorriendo en este ciclo…
Uno de los pilares para construir la propia “comodidad” en el sentido a que nos referimos, y acceder a un “habitar-se” placentero, consistente y profundo es la conciencia puesta en los “automatismos” –los físicos, posturales y de movimiento, y también los mentales y los emocionales– y la creación de nuevas tramas neuronales.
El fundamento biológico/científico de la eutonía finca en la posibilidad, hoy ya corroborada por las neuro-ciencias, de tejer nuevas tramas neuronales. Cada vez más se habla de la plasticidad neuronal, esto es, la capacidad del sistema nervioso de adaptarse funcionalmente, y la capacidad del tejido neuronal de regenerarse en función de los cambios y en respuesta a una estimulación adecuada.
Actualmente, se acepta que las conexiones neuronales y áreas de representación cortical están continuamente remodelándose por la experiencia. El aprendizaje, adquisición y retención de tareas motoras genera cambios estructurales aun en el cerebro adulto. Esto explicaría los efectos de la práctica de eutonía: la conciencia puesta en el movimiento, las sensaciones y los cambios corporales, la búsqueda de nuevos patrones motores, la realización de micro movimientos o inclusive el “trabajo con la intención” (pensar movimientos sin hacerlos), generan cambios musculares, traducidos en descenso del tono, alivio de tensiones, aumento de la movilidad y flexibilidad, etc. Estas modificaciones del sistema muscular suponen cambios corticales –ya que ellos son previos a cualquier otro cambio–, que además, influyen en áreas cerebrales adyacentes, esto es, la proximidad entre corteza motriz y estructuras cerebrales relacionadas con el pensamiento y las emociones, hacen que los cambios en la primera tengan repercusiones en las segundas. En la práctica, por ejemplo: el descenso del tono conlleva a bajar los niveles de ansiedad; el “movimiento eutónico” provoca placer y aparece la alegría; el labrar nuevos patrones motores podría hacer emerger nuevas ideas o pensamientos.
La clave es la toma de conciencia de nuestros automatismos o “surcos neuronales”, e ir desandando esos patrones, desinhibiéndolos, para dar lugar a nuevas respuestas. No significa “borrar” toda la información sino crear nuevas vías, esto es nuevas posibilidades y el despliegue de la creatividad.
La interacción mencionada entre cuerpo y emociones, permiten impactar desde el trabajo corporal, en la fundación de nuevos recorridos neuronales que generen nuevas respuestas conductuales y emocionales, que en definitiva nos lleven a una mejor calidad de vida y despliegue personal, lo que implicará también repercusiones sociales como parte del “gran tejido humano” que somos.


CICLO “HABITAR-SE CON COMODIDAD”

Mapas y recorridos en busca de habitar plácidamente el propio cuerpo
                                                           Por. Eut. Leticia Aldax
Cómodo es aquello “que hace la vida más fácil, hace sentirse cómodo o facilita la estancia en un lugar o la realización de ciertas tareas”.
En tal sentido, en ocasiones no sentimos que nuestro cuerpo sea un espacio cómodo…
A veces notamos que nuestro cuerpo no nos acompaña en determinadas situaciones; que hay tensiones que nos impiden realizar actividades, movernos e incluso comunicarnos, con soltura. Otras veces el cuerpo más que vehículo que facilite el estar o el hacer en el mundo, se transforma en una carga.
Podemos sentir cierta disociación entre lo que sentimos o queremos expresar con las posibilidades de nuestra corporalidad…Como si el cuerpo no nos perteneciera o no fuera en el mismo sentido de nuestra interioridad; algo así como cierta ajenidad o alienación.
¿Es posible integrarnos? ¿Juntar  o re-unir lo que parecieran pedazos rotos de nuestra corporalidad? ¿Podemos alojarnos con comodidad a nosotros mismos? ¿Qué hacer para trasmutar la pesadez del cuerpo en soltura y liviandad? ¿Cómo lograr que nuestra expresión sea coherente con nuestro sentir, que nuestro cuerpo sea reflejo del alma que nos habita?
La eutonía puede aportar esa integración de lo que somos, la conexión entre la corporalidad y el ser íntimo en cada uno.
Las herramientas y fundamentos de la eutonía, por los que esto es posible, son:
ü  Abordaje del ser de modo integral. La eutonía es una disciplina holística, es decir, participa de la concepción del ser humano como totalidad, como una unidad de cuerpo, mente y alma. El abordaje es a partir del yo-corporal pero sus implicancias alcanzan a la totalidad del ser que somos.
ü  Exploración de la biología vivencial. Conocer y vivenciar la anatomía. En cada clase se proponen diferentes recorridos desde el cuerpo, en pos de la vivencia de lo anatómico: la sensibilidad de la piel, la propiocepción (percepción propia) de los espacios internos, la concientización de la ubicación de los huesos o de los ejes óseos, el hallazgo de tensiones musculares. Esta vivencia de la anatomía que trasciende el estudio teórico del cuerpo humano, trasforma el mapa en recorrido vibrante, y tiene efectos a nivel físico, que se traducen en alivio de dolores o contracturas, mejoras posturales, flexibilidad, movilidad, y en impactos saludables  en el funcionamiento orgánico (digestión, respiración, sistema cardio-vascular). Y además, nuestra biología se erige en camino de acceso a lo profundo en cada uno.
ü  Escucha interna. Silencio para permitir y aceptar todo lo que sucede en nuestro interior. La conformación del yo-observador, como testigo consciente, neutral, que no critica ni juzga, habilita un espacio de aceptación de lo que es; esto aquieta, tranquiliza y dispone el ánimo para el discernimiento y la elección auténtica, a partir de lo cual puede suceder el cambio, desde un sitial interno y no por imposiciones. Se trata no sólo de las “grandes decisiones” sino de lo cotidiano. Por ejemplo, puede tratarse del deseo de adelgazar, al mirarnos gentilmente podríamos descubrir ansiedad o nerviosismo, al dar lugar a esa emoción, se descomprime la presión interna o la crítica impiadosa, aparece el deseo de cuidado y desde ese lugar íntimo, florece la decisión de cambiar la alimentación o el modo de comer, no como un esfuerzo sino naturalmente; o tal vez podamos observar alguna circunstancia estresante y abrir la posibilidad de un accionar diferente para afrontarla, con lo cual discriminar la confusión emocional que nos lleva a canalizar la ansiedad por carriles inadecuados. Así, con cualquier otro cambio que nos propongamos.
ü  Libertad para moverse sin patrones a imitar. En la práctica de eutonía no existen ejercicios, posiciones o patrones de movimiento que deban seguirse. El eutonista no realiza “pasos” o movimientos que deban imitarse, sino que se trata de una invitación al encuentro de cada uno con sus posibilidades y aún sus limitaciones, a partir de las cuales construir su propia manera de estar y hacer.
Goethe en el Fausto dijo: “Gris es toda teoría y verde el dorado árbol de la vida.” El anhelo es que nuestra expresión vibre y despleguemos desde nuestro ser, los múltiples colores de la vida.