Gran parte de los dolores de espalda derivan de posturas inadecuadas, hábitos o patrones motores “viciosos” —en el sentido de que no respetan la fisiología del cuerpo humano—, exceso de cargas o actividades repetitivas, debido a que, con tales hábitos o posturas se mantienen en tensión constante determinados músculos. Por ejemplo: los trapecios al estar frente a la computadora o al escribir en una pizarra, o los músculos espinales al permanecer muchas horas de pie, o en la realización de tareas domésticas o esfuerzos laborales. Además, estas situaciones aumentan altamente la presión sobre los discos vertebrales pudiendo provocar a medio-largo plazo un desgaste de estas estructuras favoreciendo la aparición de hernias o protrusiones (causantes de mayor dolor de columna con probable irradiación a miembros inferiores o superiores). Por otra parte, tienen incidencia en el dolor, factores emocionales —estrés, tensiones laborales, familiares, económicas…—.
La Eutonía cuenta con valiosas herramientas para aportar en el abordaje o tratamiento de estos padecimientos en virtud deque su práctica en este sentido,tieneefectos en tres aspectos o niveles:
1- Neuromuscular—se relaciona con las repercusiones en el sistema muscular somático, el tono muscular y sus fluctuaciones— ;
2- Neurovegetativo—se refiere al sistema nervioso autónomo (involuntario), simpático y parasimpático, que se traduce en efectos sobre los ritmos cardíaco y respiratorio, circulación, respiración, sistema digestivo, etc.—; y
3- Psicotono—abarca cambios relativos a la actividad mental, emociones, estado anímico, toma de conciencia—.
La práctica de Eutonía y sus efectos.
La conciencia de piel posibilita un descenso del tono psicofísico y emocional, un aquietamiento o sedación. Este efecto se vincula con el origen embriológico común de parte del tejido nervioso y parte del tejido epitelial —piel y anexos—.En la formación del embrión de desarrollan tres hojas embrionarias —ectodermo,mesodermo y endodermo— a partir de las cuales se originan los diferentes tejidos corporales. Desde el ectodermo, la capa externa del huevo o cigoto, se originan células epiteliales y nerviosas.
-La conciencia de huesos favorece la alineación corporal, en razón de la concientización de los ejes óseos, y el encuentro del sostén del cuerpo en el esqueleto.
Metafóricamente, es hallar el sostén de nuestro edificio corporal, en sus columnas y vigas, no en sus paredes, que serían los músculos. Por ejemplo, la alineación de la columna vertebral desde los isquiones, al estar sentados, permite una postura erguida plácida, sin tensiones innecesarias de la musculatura de la espalda. Así, el esqueleto deviene cómodamente, en nuestra estructura y sostén, cumpliendo su función natural, y los músculos están disponibles y más aptos para desarrollar el movimiento.
1 - La conciencia ósea y los micro-movimientos de la columna vertebral estimulan y elongan la musculatura profunda del dorso—más pegada a los huesos—, esto es, los músculos tónicos o estáticos cuyas fibras predominantemente rojas, de contracción lenta y sostenida, son aptas para la resistencia, para sostener la postura corporal en quietud o en movimiento. Los músculos profundos son capaces de enderezar la columna vertebral apilando vértebra a vértebra de manera muy precisa. La sensación que proporciona la utilización de esa musculatura es de comodidad y liviandad, y desde la columna erguidase facilita la acción de la musculatura fásica o dinámica, que efectúa los movimientos voluntarios más apta para la velocidad y la amplitud. Teniendo en cuenta esta fisiología, pretender sostenerla postura, sea bipedestación o sedestación, con los músculos fásicos no aptos para tal función, genera tensiones musculares, fatiga y un pronto “derrumbe” de la posición erecta.
- Entre una vértebra y otra, se halla el disco intervertebral — formado por un núcleo pulposo y un anillo fibroso— que amortigua y da flexibilidad a la columna. Este disco con el envejecimiento, las presiones y las malas condiciones mecánicas sufre deshidratación y desgaste, disminuyendo el espacio intervertebral y llegando a generar compresión en los elementos nerviosos situados en el canal raquídeo, y gran dolor. Los trabajos en decúbito supino, con descenso del tono utilizados en eutonía favorecen la descompresión de los
discos. Asimismo, los trabajos de conciencia ósea, espacio interno y movimiento eutónico actúan ampliando los espacios intervertebrales, mitigando o eliminando el dolor.
-La toma de conciencia de hábitos posturales y de movimiento perjudiciales, permite “reinventar“ nuevos patrones saludables para habitar el cuerpo y moverse de manera consciente, en cualquier actividad que desarrollemos, y en la rutina diaria. Por ejemplo, el tórax en actitud inspiratoria “tiraniza” los ejes cervical y lumbar; el hábito de “sacarla cola” acentúa la curvatura lumbar; la posición inadecuada de la cabeza genera tensiones cervicales…
- Las propuestas en busca del movimiento desde diferentes partes del cuerpo promueven la disponibilidad corporal íntegra. Por ende, se alivianan las tensiones y molestias en determinadas zonas que se fatigan por falta de movimiento de otros segmentos, obligadas a suplir una falencia reclutando espacios no aptos para determinada acción. Por ejemplo, la rigidez del tórax (costillas y vértebras dorsales) exige en demasía el cuello y la zona lumbar —lo que sucede por ejemplo, al realizar ejercicios abdominales—; y la disminución del movimiento de los hombros, al elevar los brazos, fuerza el eje lumbar.
Lo relatado es parte de lo que puede suceder durante una clase de eutonía y que explica, de algún modo, la vivencia sentida en su práctica.
Leticia M. Aldax
Instr. Nac. De Técnicas de Gimnasia - Eutonista