Suelo pélvico es el conjunto de tejidos que tapizan la pelvis en su parte inferior: músculos, estructuras conectivas y ligamentos que se fijan a la pelvis ósea comportándose como una hamaca que da soporte y suspensión a los órganos abdominopélvicos.
Se trata de una estructura compleja y sutil que funciona en sinergia, es decir, haciendo un trabajo en equipo, con la totalidad del core o centro del cuerpo.
Para un suelo pélvico saludable, funcional, hay que tener en cuenta dos características esenciales:
1- Su constitución, mayoritariamente tejido conectivo y fibras musculares involuntarias, y solo una parte mínima, musculatura voluntaria.
2- La sinergia –el trabajo en equipo– con el diafragma, el transverso abdominal, multífidos de la columna… lo que constituye el core (centro del cuerpo).
Por eso –su composición y sinergia–, el cuidado y el entrenamiento del suelo pélvico demanda:
Información y vivencia.
Conciencia del cuerpo (percepción de la ubicación del suelo pélvico y la totalidad del core, su tamaño, su tono...)
Postura corporal saludable (con respeto de las curvas normales de la columna vertebral).
Respiración completa, con movilidad toràcica.
Activación adecuada del centro o core. Actividad sexual (orgasmos, en pareja o en soledad).
Movimiento.
La eutonía y la actividad física consciente juegan un rol especial para la salud del suelo pélvico, así como en la salud y bienestar en general.