“Es inútil echar miradas furtivas la forma en que otro cualquiera se desarrolla porque cada uno de nosotros tiene una tarea única de autorrealización. Aunque muchos problemas humanos son análogos, jamás son idénticos. Todos los pinos son muy parecidos (de no ser así no los reconoceríamos como pinos); sin embargo, ninguno es exactamente igual a otro. A causa de estos factores de similitudes y diferencias es difícil resumir las infinitas variaciones del proceso de individuación. El hecho es que cada persona tiene que hacer algo diferente, algo que es únicamente suyo" Carl Gustav Jung
Tanto en el enfoque de la psicología analítica junguiana como en eutonía el pilar es la búsqueda propia, a partir de la conciencia y la escucha interna.
La invitación a realizar algo “únicamente suyo” está en los orígenes mismos de la eutonía, cuando Gerda Alexander se conmovía ante la imitación de patrones de movimiento en las escuelas de danza, donde la expresión auténtica de cada bailarina quedaba sepultada por la adquisición de movimientos estereotipados. “El comienzo de la eutonía se encuentra unido a mi interés en el movimiento (…) Siempre me obsesionó la idea de una educación para el movimiento que no esté basado en la imitación.” Gerda Alexander
Esta idea aporta por un lado, el alivio de saber que cada uno puede hacer su propio desarrollo, sin el peso de la mirada externa ni comparaciones, sino buscando su propio camino sin obedecer ideales ajenos, sin copiar ni imitar modelos -naturalmente que esto no excluye el acompañamiento de las relaciones de ayuda, los maestros y compañeros de camino-.También supone el compromiso con la vida, en el sentido de llevar a cabo el despliegue de aquello para lo cual hemos nacido, nuestros dones y potencialidades, lo que es para mí, casi un imperativo existencial. Y desde el punto de vista del docente o terapeuta, resalta la importancia del respeto a los tiempos, proyectos y modalidades del otro.
Escribe: Leticia Aldax (Eutonista)