Escribe Leticia Aldax
Core –término que en inglés significa centro o núcleo– es un concepto funcional
usado en el mundo del entrenamiento y la preparación física para referirse al
conjunto de músculos y fascias que conforman la «zona media». Se trata de una
zona de anclaje de estructuras que permitirán la realización de diferentes
actividades, la estabilidad del tronco y la generación y transferencia de fuerza a
los miembros. Involucra al raquis lumbo torácico, pelvis y caderas.
Anatómicamente el core es el complejo abdominolumbopélvico (CALP) o complejo
abdominolumbopélvicoperineal (CALPP) abarcando conjunto de músculos y
estructuras –músculos, ligamentos, fascia y tejido conjuntivo, huesos, órganos y
estructuras neurovasculares– que se extienden desde el diafragma torácico, pasando
por abdomen y pelvis, hasta el suelo pélvico.
Funciones del core
Las funciones del core son:
Gestión de la presión intraabdominal.
Protección y estabilidad.
Generación de fuerzas y movimiento.
Transmisión de fuerzas.
Teniendo en cuenta sus funciones, podemos distinguir el core stability (de
estabilidad) y el core strength (de fuerza).
El core stability (estabilidad) está asociado a la función de mantener la estabilidad o
recuperarla durante la generación o el mantenimiento de la fuerza.
Y el core strength (fuerza) es la capacidad de esas estructuras para producir fuerzas,
mantenerlas y generar una transferencia hacia los miembros superiores o inferiores.
Core, lesiones y rendimiento deportivo
Es frecuente en la práctica de gimnasio —sea que se trate de deportistas
competitivos o recreativos, o personas que buscan un ejercicio físico saludable—
observar que la falta de conciencia, la inadecuada activación o la debilidad del core o
CALPP acarrea disfunciones en sus componentes y aun en el resto del cuerpo, que se
manifiestan en síntomas como dolores o lesiones articulares, musculares en lumbares
y cervicales, molestias en rodillas y caderas, disfunciones del suelo pélvico, etc.
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Y como correlato, se puede corroborar que al lograr un entrenamiento consciente y
de fortalecimiento de la musculatura del core es posible prevenir y desandar estas
disfunciones, encontrar una postura saludable y optimizar el movimiento corporal y el
rendimiento físico para el deporte o para las actividades de la vida diaria.
Berta Vishnivetz (1996, Eutonía. Educación del cuerpo hacia el ser, p.140) comenta en
tal sentido:
«Una tenista profesional, al vivenciar la estabilidad y el alto tono que lograba al
trabajar estos músculos durante el curso de eutonía, cambió toda su técnica de
entrenamiento, lo que mejoró su performance y su juego durante los partidos.»
El core en eutonía
En eutonía, el core es lo que se conoce como estabilidad lumbo-sacra, una de las
maravillas que ofrece la eutonía: la conciencia y regulación tónica de los músculos y
estructuras adyacentes que constituyen el centro del cuerpo.
Gerda Alexander distinguió especialmente, dentro del principio de conciencia de
espacio interno, el trabajo sobre el cuadrado lumbar y el psoas en pos de la búsqueda
de estabilidad y regulación del tono en la zona media del cuerpo.
Ese trabajo apunta a vivenciar la tridimensionalidad del centro del cuerpo. Esta
posibilidad a nivel corporal, abre un mundo de ventajas en economía de esfuerzo,
calidad de movimiento, precisión, seguridad de ejecución, prevención de lesiones y
mitigación de dolencias asociadas tanto a las actividades de la vida cotidiana como a
aquellas que requieren despliegue de fuerza y/o destreza, como la danza y las
prácticas deportivas, tanto recreativas como de alto rendimiento.
En niveles más sutiles, promueve la seguridad o sostén internos, el equilibrio
psicofísico y el sentimiento de conexión con lo profundo.